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Coronavirus: ¿hay algo de positivo en todo esto?

By 13 April 2020April 29th, 2020Uncategorized

¿El coronavirus se volvió un enemigo contra el que tenemos que enfrentarnos? ¿O debemos aceptar esto como una circunstancia permitida por Dios para cambiarnos a su imagen?

Sabemos que este tema está a la moda. Pero, más allá de eso, podemos preguntarnos: ¿El coronavirus se volvió un enemigo contra el que tenemos que enfrentarnos? ¿O debemos aceptar esto como una circunstancia permitida por Dios para cambiarnos a su imagen?

Dios reina

Queridos amigos, Dios reina. Él está en su trono y en control de todas las cosas. Alcemos nuestra vista hacia Él. Pero lamentablemente, muchos cristianos prestan más atención al enemigo que al Señor y terminan perdiendo la fe.
Recordemos siempre que la victoria sobre el enemigo fue alcanzada hace dos mil años en el Gólgota, por el Señor Jesús.

Y sí, si usted quiere luchar contra el enemigo, se equivoca. Dios reina. Él está al control de todo lo que está pasando actualmente en el mundo. Y nunca dejó de intentar alcanzar el corazón de los hombres, para llevarlos a Él. Porque Jesús va a venir pronto. Él está a la puerta. El fin de los tiempos se acerca.

La sana doctrina

Ay, una gran parte de los que eran cristianos se alejaron de la sana doctrina para ir tras de fábulas y de falsos profetas.
2 Timoteo 3:5-7 dice “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a estos evita. Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad”.

Leamos lo que nos dice la epístola a los Romanos 8:28-30: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”.

Todo nos ayuda a bien

Sí, somos llamados a parecernos a Jesús. Y me atrevo a afirmar que a aquellos que aman a Dios, todas las cosas buenas o malas les ayudan a bien. 
A aquellos a quienes conforme a Su propósito son llamados.

Hay un objetivo en todo esto y es el de hacernos ver como Jesús.
Por supuesto, oramos por todos los afectados, los enfermos… por aquellos que sufren los estragos de este terrible virus. 
Pero este virus ha sido inventado por los hombres y hoy se vuelve contra ellos. 

¿Y queremos culpar a Dios por esto? Esta es una de las numerosas consecuencias de la locura del hombre que rechaza a su creador.
Esta “peste”, como la llama el Salmo 91:3-6, es verdaderamente una señal de la venida de Jesucristo. ¿Quién se atreverá a oponerse a las señales de Dios?

Yo veo que muchos cristianos predican falsos Evangelios.
No, esta pandemia es parte de las señales predecesoras a la venida del Señor. Mis amigos, sépanlo bien: el objetivo de nuestra vida cristiana no es nuestro confort personal, si no el ser más y más como nuestro Señor Jesús.
Aquel del cual está escrito en 2 Corintios 5:15: “y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.
Y todavía más. En 2 Corintios 8:9, dice: “Porque ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a ustedes se hizo pobre, siendo rico, para que ustedes con su pobreza fueseis enriquecidos”.

Entonces, en esta situación tenemos dos opciones: o vivimos en el temor, contando los muertos delante de la televisión todo el día; o confiamos a Dios nuestra vida y aceptamos plenamente su obra que nos transformará completamente.

La cuarentena

Otra grande prueba ligada a las circunstancias actuales es el hacer la cuarentena. Somos llamados a quedarnos en casa todo el día.
Estar en familia con nuestra esposa y nuestros hijos, y hacer frente a estas circunstancias.
Y esta es nuestra verdadera vida.
Recordemos siempre que la realidad de nuestra vida cristiana es nuestra vida en el hogar.
Es ahí que usted es real, porque no puede jugar un rol como en el el trabajo o durante las dos horas de reunión en la iglesia.
Si no le convence, observe esta publicación de los periódicos del día: esto titula el periódico L’express.fr “Después de la cuarentena, numerosas parejas se divorcian en China”. Esto fue publicado el 20 de marzo de 2020, a las 09:41.
Los organismos chinos están siendo inundados de demandas de divorcio desde la reapertura de los servicios públicos en algunas provincias.
La cuarentena puede poner a las parejas en una dura prueba.
Después de seis semanas de encierro y su paulatino fin en algunas regiones de ese país, numerosas parejas se divorcian y las violencias conyugales se agravan, según publican algunos medios de comunicación.

En el periódico británico Daily Mail, se revela que en Dazhou, provincia de Sichuan, 300 solicitudes fueron presentadas entre el 24 de febrero y el 13 de marzo; y largas filas delante de los mostradores. Todo esto para divorciarse. Pero estoy seguro de que el Señor quiere usar esta situación para que permanezcamos en Él. 

Una lucha diaria

Nosotros, los cristianos somos expuestos en nuestras casas, y es ahí que vemos la fuerza de nuestra carne: nuestros enojos, los malos pensamientos, los conflictos, las peleas, etc.
Ante esto tenemos también dos opciones: dejar nuestra familia destruirse rápidamente; es decir, dejar cumplirse el plan del diablo. O la segunda: detener el proceso de destrucción; y es éste el plan de Dios. Construir nuestra relación conyugal. Estar en formación intensiva y fundamental por nuestra vida cristiana en familia. Esto es una realidad.

Vamos a descubrir ahora quién es verdaderamente nuestro cónyuge. Nuestra verdadera mujer y el estado de nuestros hijos, etc.
Pero no se asuste. Es solo la realidad a la que tenemos que enfrentarnos. Porque esto estaba oculto desde años y sale completamente a la luz.
Es la realidad de la obra de Cristo en nuestras vidas.
Sí, es el momento de hacer morir las pasiones de nuestra carne y de poner en práctica esto que entendemos a través del mensaje de la cruz de Jesucristo.

Enfrentar la realidad

No tenemos ya la posibilidad de huir. Estamos encerrados en casa.
Tenemos que hacer frente a nuestro llamado de Dios.
Y es una magnífica oportunidad para clamar al Señor para que nos cambie durante estas 2-3-4-5 semanas, o más.
No conocemos la duración, pero podemos comenzar lo más rápido posible. Vamos a pasar por más y más pruebas que en el pasado.

Mis hermanos y hermanas, tenemos que resistir.
Si fallamos, podemos siempre humillarnos delante del Señor.
Yo deseo que cada uno lo logre, pero cada día se presentan confrontaciones y día a día tenemos que lograr la victoria. Si fallamos, podemos siempre humillarnos delante del Señor y pedirle perdón. Y enseguida, ir a ver a nuestro cónyuge o a nuestros hijos y humillarnos delante de ellos.
Vamos a experimentar el perdón de Dios y Su gracia. Pero no una vez por día, si no como dice la Biblia: hasta setenta veces siete.

Morir a nuestra carne

Mientras más nos humillemos, más nos exaltará el Señor. Éste es el camino de la obra de la cruz en nuestras vidas. Morir a nuestros actos en la carne; como por ejemplo: a nuestras peleas. Pensemos de antemano antes de hablar.
Proverbios 10:19 nos dice: “en las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente”.
Para que estalle una disputa o un “lío”, como dicen los jóvenes; siempre deben haber al menos dos personas. Pero si la una acepta renunciar a tener razón y deja a la otra ganar, la disputa se termina.
En el libro de Proverbios 17:27, dice lo siguiente: “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio”.

Sí, mis hermanos y hermanas. Seamos hombres de paz que renuncien a imponer sus ideas. Y viviremos maravillosas experiencias imitando a nuestro Señor Jesús. Vamos a tener grandes ocasiones de aprender durante este tiempo.
Quisiera hablarle particularmente a los esposos. Lea y relea estos versos de Efesios 5:25: “maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”.
Él nos mostró de qué manera debemos amar a nuestras esposas. Y en cuanto a las mujeres; lea y ponga en práctica este texto de Efesios 5:22: “las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor.
Por supuesto, una sumisión de corazón, como la que practica por el Señor.

Sí, mis hermanos y hermanas. Permanezcamos tranquilos y no dejemos que las discusiones se intensifiquen y creen una atmósfera de tristeza, pena o aburrimiento.
Es muy importante, por el contrario, que su casa se convierta en una casa de oración y de alabanza; y que seamos como arcilla en las manos del alfarero.
Que podamos declarar: ¡Gloria a Dios por este tiempo de intensa transformación con Él!
Vivamos con la gracia de Dios o muramos a nosotros mismos y perdamos nuestra vida para construir una familia sólida; cosa que tal vez hemos descuidado durante años.
Apreciemos a nuestro cónyuge y a nuestros hijos y reconozcamos que es Dios el que nos los ha dado.

Tomemos nuestra cruz

Sí, hoy es el tiempo de compartir la palabra de Dios.
Es tiempo de que tomemos cada uno nuestra cruz y de que sigamos al Señor.
Tal vez no hemos vivido eso durante años, pero esto que experimentamos hoy va a volverse verdadero y real, y va a cambiar nuestras vidas.
Éste es el tiempo para edificar la familia como nunca antes.
La elección que hoy hacemos puede volverse una gran victoria que transformará nuestras vidas.
O aprendamos a guardar nuestro corazón por sobre todas las cosas para volvernos verdaderos ejemplos de esposos y esposas que se parezcan a Jesucristo. O dejamos que esta situación difícil nos destruya a nosotros, a nuestras esposas y a nuestros hijos.
En el libro de Deuteronomio 30:19, dice lo siguiente: “…les he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”.

¡Que el Señor le ayude y le bendiga!

Jean-Louis Gaillard

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