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Las causas de las desviaciones del Evangelio

En este nuevo video, quiero identificar las causas de las desviaciones del Evangelio en las iglesias.

Después de publicar el video anterior, recibí muchos mensajes sobre personas que han experimentado situaciones similares a las que yo viví.
Es por eso que a través de esta nueva publicación, quiero identificar las causas de estas desviaciones de la sana doctrina.

Vale destacar que estos problemas pueden presentarse en cualquier tipo de iglesia, sin importar su tamaño.
Pero lamentablemente, se propagó el famoso falso “evangelio de la prosperidad material”, que engaña a muchas personas, haciéndolas buscar solamente su prosperidad económica, sin tener en cuenta la integridad que nos exige la vida cristiana.

Las causas de las situaciones actuales son múltiples y trataré de exponerlas:

1° La ausencia de temor a Dios en los corazones de los siervos. Ésta es realmente la primera razón.
Las personas que se involucran a menudo tienen motivos muy carnales y rara vez, el llamado de Dios. Muy a menudo se han proclamado pastores, maestros, profetas, apóstoles.

Con frecuencia me encuentro con estos hombres con títulos extendidos que incluyen los 5 ministerios en sus tarjetas personales, y les pregunto por qué se autoproclaman de esa forma. A lo que algunos de ellos me responden que para ser grande en el servicio del Señor, es necesario apuntar a los títulos más grandes y caminar en la cuarta dimensión.

Por supuesto, algunos son nacidos de nuevo; pero el llamado al ministerio es mucho más serio y requiere una vida consagrada a Dios y una obediencia inquebrantable a la guía del Espíritu Santo. La iglesia del Nuevo Testamento fue dirigida por el Espíritu Santo en obediencia y en humildad. Esos hombres caminaron con el corazón quebrantado, buscando sobre todo agradar a Dios, siendo primero sujetos a Él en todas las cosas, pero no amoldándose a las estrategias del mundo, sino buscando ser hombres fieles. listos para dar sus vidas por el Señor.

2º Una distorsión teológica recibida en el instituto bíblico, o en la facultad de Teología. Donde se enseña a administrar una iglesia bajo principios humanos y carnales. Recuerdo aquellas lecciones vacías y carentes de vida; extremadamente intelectuales, que por momentos me daban náuseas cuando dejamos la escuela. Además, el diccionario francés dice que la teología es el estudio de la cultura y la religión. No es religión, es la fuerza del hombre, es solo una pálida y triste imitación de la vida en Cristo.
La fe en Cristo y la vida del Espíritu son los dos elementos que dan vida a nuestras iglesias.
Y así podría citar muchas más cosas que perturban la vida de la iglesia.

3° El mensaje de “amor” que tolera todos los pecados de estos siervos en nombre del amor. Pero esto realmente no nos ayuda.
Algunos piensan que esa “tolerancia desmedida” puede mantener unidos a los cristianos, pero la única manera que realmente funciona es la de la predicación del Evangelio de nuestro Señor Jesúcristo, que nos manda a renunciar a nosotros mismos, a tomar nuestra cruz, y a seguirle.
Es al pie de la cruz que podemos unirnos entre hermanos.

3º El orgullo, la excesiva arrogancia de estos hombres llamándose a sí mismos “Sus siervos”. Hay una cantidad innumerable de personas que vienen “con su chofer y su lujosa limusina”, “adornadas con joyas” para impresionar a aquellas personas que están comenzando en la fe.


4° La búsqueda del poder por todos los medios, incluso los que están ocultos. En África, es común escuchar a los hechiceros decir que sus mayores clientes son pastores en busca de poder.

5° El deseo de tener un gran número de personas, independientemente de si nacen de nuevo o no. Lo que importa es la cantidad, pero no la calidad. Estamos lejos de los criterios de la iglesia primitiva de 2 Timoteo 2:2: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.

6° El deseo de tener grandes edificios con estilos similares a los de un club nocturno. Podemos observar la transformación actual de la apariencia de los templos. Las salas de reuniones adquieren un color azul púrpura con luces de neón de color rosado, focos en todas las direcciones, una disposición de “máquinas de humo” como en las discotecas. La oscuridad domina. Una vez, vi a un predicador llegar suspendido en el aire como si estuviera volando y llegando de una forma extraordinaria al escenario de su iglesia. Como en las películas de ciencia ficción, para presentar superhombres con superpoderes. ¿Hasta dónde iremos?

7° El interés por el dinero, nunca fue un asunto de los cristianos en la iglesia del Nuevo Testamento. Jesús les pidió que predicaran el Evangelio, de acuerdo con Lucas 9:3: “No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas“.
En la publicación de la semana pasada, vimos claramente que el dinero es la raíz de todos los males, incluso en nuestras iglesias.
Veamos cómo Jesús eligió a sus discípulos. Los discípulos elegidos por Jesús no eran hombres de negocios, sino hombres ordinarios; pescadores.
Habían renunciado a su trabajo para seguir a Jesús y sin recibir un salario. Vivían por fe, siguiendo al maestro. Eso nos muestra que en todo el Nuevo Testamento el dinero nunca fue lo más importante.

Además, las personas simples eran más honradas que las ricas. Como el ejemplo compartido en Marcos 12:42-44: “Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”.
Luego, en 2 Corintios 8:2 encontramos: “que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad“.
También encontramos la parábola del joven rico en Lucas 18:24, donde Jesús concluye diciendo: “Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!“.

En conclusión, el Señor, no está impresionado por la cantidad de dinero que un hombre puede tener, porque Él mira su corazón. Lo que siempre le ha interesado es nuestro corazón. Con qué corazón hacemos las cosas; con qué corazón damos, hacemos, trabajamos…
Es exactamente contrario a lo que valora este mundo. y algunas iglesias viven muchas veces siguiendo el camino equivocado, en este aspecto.

Por mi parte, estuve viviendo experiencias difíciles y tristes con respecto a esto. Viajé por todo el mundo para encontrar iglesias que buscaran acercarse al modelo bíblico de la iglesia local de Nuevo Testamento, pero personalmente me sentía tan formateado con el diseño que había visto durante veinte años de mi vida, que cuando conocí una iglesia con verdaderos ancianos predicando en todas partes del país el Evangelio, le pregunté al pastor: “¿Dónde están tus antiguos empresarios que apoyan las finanzas de la iglesia?” A lo que él me miró durante un largo tiempo antes de contestarme, y rápidamente comprendí en aquel pesado silencio que acababa de equivocarme al formular esa pregunta.
Luego me explicó que los ancianos no son hombres de negocios, sino personas elegidas de acuerdo con sus corazones para el Señor, que están apartados para predicar el Evangelio, y que lo hacen de todo corazón por el Señor, sin tener ningún salario a cambio; pero caminando en fe, y esperando en Dios.
Me llevó un tiempo volver a recuperar el formato de la iglesia original, conforme a lo que la Biblia establece.

¡Hasta la próxima semana!
Jean-Louis Gaillard

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